¿Secas, marrones, rasposas…? Nadie quiere ver en ese estado sus flores de CBD. Por eso, es importante seguir una serie de consejos para mantener en buen estado tu preciada sustancia natural. Las flores de CBD no caducan, pero sí pueden ver mermados su potencia, efectos y perfil organoléptico: los cogollos de CBD son muy sensibles a cualquier cambio en el entorno. Nuestro consejo es que no tardes en usarlas más de seis meses después de su compra.
Además, durante este tiempo, deben estar almacenadas en un lugar fresco y seco, lejos de cualquier fuente de calor y sin luz solar directa, que acabarían degradando el CBD y resto de cannabinoides.
La humedad correcta para el mantenimiento de una flor de CBD oscila entre el 50% y el 60%. Nuestras flores están monitorizadas durante todo el proceso de almacenamiento y manipulación para mantenerse siempre dentro de esos valores. Cuando las recibas, tendrás que protegerlas de alteraciones, guardándolas siempre lejos de cualquier fuente de humedad que pueda haber en tu casa, como el sótano, el baño o la cocina. Un exceso de humedad provocaría la aparición de moho en la flor.
Ni en la nevera ni en la habitación más calurosa de la casa
Tampoco es aconsejable guardar la flor en las estancias más calurosas de la casa, pues el calor seco acabaría secando tus flores de CBD. La temperatura ideal para su almacenaje se encuentra entre los 5º y los 19º. ¿La nevera? No es buena idea, ya que la humedad y condensación oscurecen la flor de CBD y le hacen perder aroma. Las flores de CBD tampoco son aptas para la congelación.
A la hora de elegir un recipiente donde guardarlas, el principal requisito es que sean de cierre hermético, es decir, con un tipo de sellado que no deje pasar el aire: un exceso de oxígeno podría acarrear la oxidación de la flor y su consecuente pérdida de propiedades.
El plástico no es aconsejable, pues se cree acelera el envejecimiento de la planta. Sobre la opacidad del material del recipiente, sólo es necesaria si este va a estar en un sitio luminoso: recuerda que la luz daña CBD, terpenos y resto de cannabinoides. En ese caso, opta por botes que no dejen pasar la luz.
Es habitual guardar las flores de CBD en bolsas de plástico con cierre zip dentro de un cajón, pero insistimos en que el plástico no es un material CBD friendly, ya que genera una electricidad estática que rompe los cogollos de CBD, haciéndoles perder tricomas y cannabinoides, que verás adheridos a la bolsa.
En conclusión, busca un lugar oscuro, fresco y seco, no manipules la flor más allá del momento de uso (cuando la tocas, tricomas y pistilos se pegan a tus dedos, dejándola cada vez más seca) y emplea siempre recipientes herméticos que no sean de plástico Así, tu flor de CBD alargará su vida útil y, por tanto, notarás durante más tiempo todos sus beneficios.